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‘La difícil vida fácil’: desnudando el mundo de la prostitución masculina

Dentro del oscuro universo de la prostitución hay un sector que resulta invisible, el formado por hombres que ofertan servicios sexuales. La prostitución masculina es la gran desconocida para la sociedad, así lo demuestra la escasez de literatura científica sobre la materia.

Esta tendencia se invierte con ‘La difícil vida fácil: Doce testimonios sobre prostitución masculina’ (Punto de vista editores). Escrito a caballo entre ensayo e investigación sociológica esta obra adentra al lector a los diferentes espacios donde se desarrolla la prostitución masculina en España. El autor es un experto Trabajador Social quien detalla su experiencia profesional de la mano de los hombres que ejercen prostitución en España.

Cada capítulo describe en profundidad y con todo lujo de detalles como los hombres ejercen prostitución en calle (como la mítica calle Almirante o la puerta del Sol en Madrid), saunas, locales de ocio nocturno, pisos gestionados por proxenetas o a través de las nuevas tecnologías. Conocerán a hombres procedentes de Latinoamérica, Europa del Este, África y también Españoles.

Estas historias darán a conocer aspectos prácticamente silenciados hasta la fecha como son los servicios especiales llevados a cabo por un amo profesional experto en Bondage y Sadomasoquismo, un travesti o una estrella del porno internacional. Como cierre de la obra se reservan las historias de tres hombres que abandonaron el ejercicio de la prostitución. Quienes comparten sus experiencias y detallan si su paso por dicho mundo les ha dejado algún tipo de huella o secuela. Como se dice en el libro  »El precio a pagar por ello (prostituirse) es el enfrentarse a enfermedades sexuales y al aislamiento».  

De hecho la soledad o el asilamiento al que se enfrentan viene en parte motivado al llevar una doble vida, escondiendo en su entorno más cercano la actividad a la que se dedican. Así lo describe Juanjo, un joven español experto en Servicios Especiales: »En mi experiencia, he sufrido más el estigma interno que el externo. Al final, lo interiorizas tanto que tú mismo lo haces más real de lo que es. A ello hay que añadir la competitividad entre nosotros, que es muy alta, que no favorece ni ayuda, porque a veces necesitas hablar con alguien de igual a igual y no tienes con quien. Todos son competidores, así que no vas a dar a conocer tus debilidades».

Un largo proyecto

Iván Zaro, experto en prostitución masculina con formación en Trabajo Social y Sociología, lleva más de doce años coordinando un programa de atención socio-sanitaria en dicho colectivo. Con motivo de más de una década en activo decide publicar una obra que muestre a la sociedad como son los Trabajadores Masculinos del Sexo.

Un libro que tardó más de tres años en llevar a cabo ya que »tenía muy claras las historias de vida que quería contar» con esta obra. Como por ejemplo la vida de Javier un madrileño de 36 años que comenzó a ejercer prostitución callejera a los 12 cuando quedó huérfano. »..hasta el día que murió mi madre. Sólo tenía treinta y dos años. Fue entonces cuando mi familia decidió ingresarme en un colegio de curas a las afueras de Madrid. De allí, claro, yo me escapaba, y ya desde entonces empecé a callejear. Empecé a hacerme mis primeros clientes con doce años. “ Este joven es testigo vivo de la prostitución callejera madrileña quien advierte “Hay que ser cauteloso, en la calle se está expuesto, siempre entraña peligros».

O adentrarse en los pisos privados territorio de proxenetas, donde los hombres extranjeros en situación irregular encuentran un medio para sobrevivir. Un ejemplo de ello es Sega, un subsahariano quien escapó de Gambia persiguiendo un futuro mejor. En su caso, como el de otros muchos, ejercer la prostitución les enfrenta al tabú y al fuerte estigma, la homofobia internalizada. »El ambiente para los homosexuales era muy hostil, ahora lo es mucho más, antes lo era menos, pero ahora cada vez es peor. Cerca del noventa y cinco por ciento de la población es musulmana y la homosexualidad es ilegal. Puedes ir a la cárcel.»

Con este bagaje sobre los hombros no resulta extraño que Sega sufriera al entrar en este mundo »Así que al principio fue muy duro. Es muy duro aceptar a la gente con la que te acuestas. La gente es lo más duro de todo; las primeras veces vomitaba después de estar con una persona y sentía tanto asco que no paraba de llorar y llorar. Me sentía mal conmigo mismo, me sentía sucio.»

El impacto de la crisis

Pero al contrario de lo que cabría esperar no todos los hombres que ejercen prostitución son gais, en este libro hay historias de hombres heterosexuales, casados y con hijos, que obtienen recursos económicos en la prostitución con los que hacer frente a las cargas familiares.

Así es la historia de Mitko, un búlgaro que lleva catorce años ejerciendo prostitución en España. Tal y como él mismo dice »En este mundillo, hay muchos heterosexuales trabajando, no soy el único»En cada pasaje también se analiza el impacto de la crisis económica en la prostitución »Por ejemplo, la coca ha pasado de venderse por setenta euros a unos cuarenta el gramo hoy en día. Puedes imaginarte si se nota la crisis. Las drogas están muy presente, siempre están presente. Cuando coges a un cliente drogado, suele querer que pases más rato con él, y más horas son más dinero. Eso es bueno para mí, puedo estar horas y sacarles mucho más. Llegué a tener un cliente con el que me quedaba todas las noches, pagándome tres mil euros, y sin tocarnos».

La prostitución masculina también se viste de noche en bares salpicados por el barrio de Chueca como bien lo sabe Damian, un joven español a quien un accidente laboral y la situación de paro le llevó a buscarse la vida como Trabajador del Sexo. »…Y mientras buscaba, el dinero iba a menos. Me estaba quedando sin dinero, así que, llegado a un punto, me dije: «Pues habrá que probar por aquí». Y bien, por ahí probé». Él ha conocido diferentes espacios de prostitución desde los pisos hasta los cines X de Madrid, él es un superviviente que se busca la vida a cada paso. »Trabajar en los baños lo he hecho muy pocas veces. La primera vez sí que fue allí, con un mexicano que me pagó doscientos pavos. Pero eso fue porque era la primera vez, cuando llegué a Madrid desde Murcia. Pero siempre lo hago en casas, en la mía o la de los otros».

Se desnuda ante uno de los grandes estigmas, no sólo la prostitución sino también el VIH.

Me diagnosticaron VIH siendo muy joven, con veintitrés años. Eso me cortó mucho en los trabajos previos, siempre tenía que pedir días libres para pasar la revisión médica. Los análisis de sangre tenían que ser siempre un puto martes. He tenido unos problemas laborales de la hostia por ser seropositivo. De alguna manera, dedicándome a la prostitución tengo más libertad, me da igual que me den cita un miércoles o un martes, a las nueve o a las doce del mediodía».

Las nuevas tecnologías

La incursión de las nuevas tecnologías ha tenido un gran impacto en la prostitución masculina. Bien lo sabe Mario, nacido en Bilbao quien trabaja en su propio domicilio y se anuncia a través de Internet. Diversos desencuentros laborales le hicieron plantearse introducirse en la prostitución, un mundo que no le resultaba ajeno. »…ya había ejercido la prostitución en Bilbao, pero de manera muy cutre, ¿cómo decirlo?, de manera muy esporádica, porque es algo que siempre me había dado morbo y me atraía. Sólo ofrecía sexo por dinero por probar, de forma esporádica, más que nada por experimentar cosas nuevas».

Sopesando las ventajas e inconvenientes Damián lo tiene claro »Mi apuesta ha tenido cosas buenas y cosas malas. En cuanto a cosas buenas, gestiono mi tiempo, gestiono mi dinero, gestiono cuándo quiero trabajar y cuándo no. Cuando trabajo mucho, también gano mucho. Por otro lado, si trabajo menos, también me aguanto. Pero de alguna manera yo soy el dueño y señor de mi vida, gestiono mis cosas, las hago como yo considero y nadie me maneja, por decirlo así».

Cuando tomó la decisión se instaló en Madrid para ir paulatinamente profesionalizándose hasta tener perfiles en las principales páginas de Escorts. Sabe lo importante que es el marketing para vender un producto, por ello invierte en sesiones de belleza, gimnasio y fotógrafos profesionales para presentarse ante su público de la mejor manera. Esto le ha permitido lidiar con multitud de clientes

Muchos de ellos casados. Creo que alrededor del ochenta por ciento tiene mujer. También los hay que están casados con hombres, y chicos jóvenes solteros gais, así como chicos inexpertos buscando su primera experiencia. Algunos son bisexuales que están tratando de decantarse por las mujeres o los hombres y de alguna manera necesitan de un profesional para reafirmarse. Escuchas todo tipo de historias».

Ha atendido desde personas mayores de noventa años hasta hombres con algún tipo de discapacidad »En ocasiones, como en el caso del señor de noventa y un años que comentaba antes o el día en el que atendí a un chico discapacitado con la espalda rota en once trozos. Me parece estar desarrollando algún tipo de función social».  De nuevo otro tabú saltando por los aires, ¿A caso los ancianos que se encuentren solos no tienen necesidades sexuales?, ¿Y las personas con algún tipo de discapacidad?.

La ley de la selva

No habría prostitución sin clientes, de ellos se habla (y mucho) en esta obra »Todo el mundo hace uso de la prostitución: entre mi cartera de clientes tengo de todo, curas, banqueros, algún marqués, actores, de todo, incluso políticos, pero la gente tampoco se abre mucho, no te cuenta mucho. Pero está claro que la diversidad de los clientes es enorme. Eclesiásticos muchos, bienvenido al mundo de la Iglesia. Sus miembros son grandes usuarios de la prostitución». Los hombres que ejercen prostitución hablan sin tapujos de la diversidad que encuentran entre sus clientes y hasta de los servicios que suelen demandarles.

La salvaje ley de la selva de la prostitución: La droga, la noche, los clientes, la familia, el desarraigo, el sexo, la soledad son diversos aspectos en torno a los que giran las vidas de estos hombres. Quienes por primera vez hablan en voz alta y en primera persona para Iván Zaro. El último capítulo recoge la historia de tres hombres que abandonaron la prostitución, quienes abordan la experiencia vivida y las huellas que esta pudo dejarles en su vida. ¿Les resultó duro abandonar la prostitución?, ¿o tal vez fue la prostitución quien les expulsó?. ¿Recibieron ayuda de su entorno para la inserción laboral?. Múltiples cuestiones que se recogen en el cierre de la obra que como bien reza arroja luz sobre “La difícil vida fácil”.

La obra pretende desnudar a estos hombres de cualquier idea preconcebida, mostrando al lector la parte más humana e íntima. Alejado de morbo o sensacionalismo, este libro es un medio por el cual los Trabajadores del Sexo quieren expresar su realidad a la sociedad. Como dice el autor:

Ante la sociedad la prostitución está envuelta en un halo de fantasía pero conviene entender que las personas que la practican son de carne y hueso, debemos escucharlas para diseñar soluciones reales.»

Por Amanda Stain

 

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