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Ser promiscuo no es un crimen, que nadie te convenza de lo contrario

La revolución sexual hace referencia al profundo cambio en la sexualidad que vivió la sociedad occidental en 1950, teniendo su mayor desarrollo entre 1960 hasta 1980, desafiándose así la concepción que se tenía hasta el momento sobre la moral sexual, el comportamiento sexual humano y las relaciones sexuales.

Aunque en el siglo XX hubo significativos cambios, sigue habiendo comportamientos y prácticas sexuales poco aceptadas, mal vistas e incluso patologizadas por la sociedad, como es el caso de la promiscuidad, que hace referencia a las personas que cambian de pareja sexual con frecuencia.

Esta manera de vivir la sexualidad es criticada debido a que ciertos patrones de comportamiento de esta moral promiscua chocan contra los establecidos en nuestra cultura por la tradición y el modelo patriarcal.

Resulta paradójico que la promiscuidad sea vista como inmoral, ya que si nos detenemos a contemplar cómo están organizadas nuestras relaciones sociales y como nos desenvolvemos a través de ellas, nos percataríamos de que ya tenemos un comportamiento de »usar y tirar» en la mayoría de los ámbitos de nuestra vida, es decir, vivimos en una sociedad en la que la comida rápida cada vez es más popular, los éxitos musicales son casi tan cortos como las carreras de los supuestos artistas que los componen, el ritmo de vida es cada vez más cambiante y frenético.

¿Por que iba a ser distinto en el sexo? y ¿por qué parte de la sociedad tanto gay como heterosexual critica este estilo de relaciones sexuales? Uno de los principales factores directos es el tabú que envuelve al sexo, junto a la lejanía por parte de la conducta promiscua de la idea de relaciones adecuadas impuestas por la educación religiosaoccidental, donde el modelo de sexualidad es únicamente el de la procreación.

Este pensamiento sobre las conductas adecuadas ha sido imitado por parte del colectivo gay que, buscando la aceptación de una sociedad heteronormativa, copia sus patrones de relación; al igual que se ha adoptado un rechazo en tono de burla hacia la inclinación receptiva (pasivo) en el sexo entre hombres.

Parte de la población gay discrimina indirectamente las prácticas sexuales receptivas. El motivo es que están relacionadas con la posición que adopta la mujer en el sexo, evidenciándose así que el rol femenino -rol receptivo en la práctica sexual convencional- en la cultura heterosexual ha de ser de sumisión y receptividad.

En cambio, ser »activo» es sinónimo de masculinidad y dominación. Este pensamiento, en cierto sentido, machista, se inserta en la cultura homosexual al establecerse cierta hipocresía hacia el placer anal, ya que en los patrones heterosexuales existe una especie de anofobia.

Por ello, es necesario empezar a concebir nuestro cuerpo y nuestra sexualidad de una manera más abierta, libre y natural, para así poder normalizar todas estas prácticas sexuales que hasta hoy se alejan de la aceptación social

Desde Imagina MÁS promovemos una sexualidad saludable, por ello pensamos que no importa el tipo de práctica por la que te inclines, sino que disfrutes de lo que haces sin tabúes y con respeto hacia ti y tu pareja sexual.

Nunca te cierres a experimentar nuevas sensaciones. En una ocasión Woody Allen dijo: »el sexo es como una partida de bridge: si no tienes una buena pareja, más te vale tener una buena mano».

Por Juan Moreno

 

1 comentario en “Ser promiscuo no es un crimen, que nadie te convenza de lo contrario”

  1. Mayron Montalvan

    No puede ser que yo sea el único comentarista aquí. Soy hombre y, aunque fuera mujer, no tendría miedo en expresar mi deseo por experimentar una vida sexual acelerada y rica en diversidad. Es este moralismo hipocrita con bases religiosas el que estigmatiza y sataniza el solo hecho de aceptar nuestros impulsos y curiosidades sexuales. Mi madre quiere publicar un libre sobre los daños que la promiscuidad puede traer a tu vida, que es irresponsable, que es inhumano, etc.

    Nuestros ancestros cavernicolas cogian en orgias a la hora de copular y no habia miramientos sobre incesto y homosexualidad. Ahora todo es… si coges mucho te va a dar SIDA o vas a embarazar a alguien, claro, es lo que dicen los más reprimidos y cuadriculados, por no decir frustrados en el sexo los que profesan este terror. Todo se basa en miedo. Estoy seguro que hubo un tiempo en donde follar era unicamente sinonimo de disfrute, placer consensuado, exploratorio y salvaje. PUNTO.

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