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Mi ética seropositiva

¿Cómo ser seropositivx hoy en un mundo con sistemas legales que nos criminalizan o que nos invalidan, gobiernos que menosprecian nuestra condición, una sociedad que nos estigmatiza? ¿Cómo negociar límites? ¿Tengo que renunciar a algo? ¿Cómo cambia la forma en que me relaciono? ¿Qué implica para mis relaciones sexuales? ¿Qué actitud tengo que adoptar ante el miedo de los demás? ¿Cómo cuidar y ser cuidado al mismo tiempo?

Éste es el primer post de una serie que busca construir poco a poco, a base de lecturas, de experiencias y de conversaciones, lo que será una ética seropositiva personal. Insisto en lo de «personal»: el plan es que al final de este largo camino experimental y de pensamiento pueda construirme un decálogo que me sirva para navegar el mundo como seropositivo.

Animo a todxs a que creen el suyo, que no tiene que ser exactamente éste, ni mucho menos. Entiendo que una ética seropositiva está necesariamente determinada por la situación del país o la región en la que reside el/la seropositivx, aunque en la medida de lo posible quiero que no sea así. Establecer unos puntos éticos que seguir, independientemente de donde me encuentre. Y establecerlos yo.

Para arrancar, el compañero de Imagina Más Iván Zaro me propuso leer Ética promiscua, publicada en 1998 en inglés con el nombre más explícito de The Ethical Slut, algo así como El putón ético. ‘Putones’ es la palabra que usa la traducción al español. Yo estoy leyendo precisamente esa traducción al español en la segunda edición, de 2009, muy diferente a la primera, según dicen las autoras Dossie Easton y Janet Hardy. ¿Por qué esta obra es útil para pensar la seropositividad? Por dos razones fundamentales:

– Dossie y Janet piensan el sexo en el sentido más amplio posible: todas las formas de erotismo, todas las formas de intimidad, todas las formas de compartir física y emocionalmente.

– Por el énfasis de que las relaciones íntimas deben estar regidas por una ética.

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No estoy vinculando necesariamente seropositividad y promiscuidad, pero sí es cierto que lo que Dossie y Janet proponen es riquísimo para pensar quiénes somos sexualmente y qué deseamos. Éstas son preguntas esenciales para lxs seropositivxs.

Aquí dejo mis primeras notas, absolutamente provisionales y abiertas a reflexión y crítica. Tengo un millón más que iré compartiendo en otros posts. El libro me tiene absolutamente enganchado: lo leo en el metro, paseando por la calle, en el súper (lo llevo descargado en el móvil). Todo esto mientras escribo una tesis doctoral sobre arquitectura. Hay cuestiones, como ésta, que no pueden esperar. Ahí van esas primeras notas:

**PREMISA** El VIH es un virus como cualquier otro. Como el de la gripe, como el del papiloma, del resfriado, la varicela o el herpes. No hay nada «moralmente peor» en el virus del VIH que en los otros. Por desgracia, debido a su historia y a su forma de transmisión, socialmente hemos cargado al VIH con unos estigmas brutales. Pero no hay nada moralmente más censurable en portar el VIH que el virus del resfriado. La única diferencia es que el virus del VIH aún no se cura, no se elimina del organismo, porque científicamente aún no hemos llegado a ese punto. Puede que un día lleguemos. Mientras tanto, hay que eliminar la carga moral que hemos puesto a este virus y no a otros. Estoy convencido de que esa carga moral destroza más vidas que el virus en sí.

  1. Coincido con la idea fundamental de Ética promiscua: la ética sexual no dependen del número de parejas, sino de la forma de tratar a esas parejas. Las personas monogámicas no son ni más ni menos éticas que las que tienen otro tipo de relaciones. Yo intento tratar con el mismo respeto y cuidados a mi marido, a un posible amante, a alguien con quien esté conversando en Grindr. ¿Qué razón puede haber para tratarlos de forma diferente? Esto no significa que ocupen el mismo lugar, pero esa diferencia de lugar no tiene por qué resultar en que sea menos respetuoso o menos cuidadoso con unos que con otros. Esto es clave para un seropositivo. Exijo de mis parejas sexuales que estén informadas, que me respeten y me cuiden, y trato de ofrecer exactamente lo mismo: honestidad, información, cuidado físico y emocional. Sea una pareja de toda la vida o de una noche.
  1. Según Dossie y Janet, la sociedad valora nuestra capacidad de renunciar a ciertos deseos. El puritanismo nos enseña a odiar nuestro cuerpo y lo que nos hace gozar, porque se supone que es decadente e improductivo. La promiscuidad se revela contra eso. No hay nada intrínsecamente malo en desear sexualmente y tener sexo consentido, sea con una o sea con mil personas. Cuando unx recibe el diagnóstico seropositivo, en muchos casos pasa por la cabeza la idea de renunciar definitivamente al sexo. A mí desde luego me pasó, y me produjo una profunda tristeza. Aún no tenía treinta años y me veía el resto de la vida viviendo en abstinencia. Pues bien, no. No hay nada que impida a unx seropositivx renunciar a su sexualidad. No hay base científica para decir que ponemos en riesgo a nadie, hasta el punto de que ya se habla de que lxs seropositivxs indetectables son cada vez más garantía de sexo seguro, pues su carga viral es intransmisible (aún tienen que concluir los estudios), tienen muy controladas las demás ETS, además de estar generalmente muy bien informadxs.

Obradoiro

Aquí mi marido y yo en Santiago de Compostela, en el verano de 2014. Mi familia materna es gallega y aún tengo tíos y primos allí. La ética sexual seropositiva es, sobre todo, una ética de cuidados físicos y emocionales, hacia el otro y hacia uno mismo. Creo que esta foto habla de cuidados.

  1. Dossie y Janet previenen contra racionalizar demasiado las relaciones. Ellas prefieren dar primacía al placer, a la espontaneidad, a lo orgánico. Que las relaciones íntimas surjan sin demasiada premeditación. Totalmente de acuerdo. Pero yo, igual que ellas, caigo en la contradicción: ellas se pasan cientos de páginas racionalizando su promiscuidad; yo, como seropositivo, no tengo más remedio que racionalizar mis relaciones ahora más que nunca. Esto no es del todo malo, porque me permite estar más tranquilo y afrontar el sexo con más seguridad. Ya he dicho en un post anterior que un hombre informado me resulta infinitamente más sexy. Para saber que está informado, necesito mantener una conversación explícita sobre el asunto. Protegerlo a él y protegerme a mí son las dos caras de la misma moneda, y ambas son condiciones preliminares irrenunciables. El sexo es, ante todo, una relación. De intimidad, de placer, de conocimiento, de descubrimiento del otro y de uno mismo, de cuidados mutuos.
  1. Dossie y Janet no escriben contra la monogamia ni contra las parejas monogámicas. Escriben contra el sistema en que vivimos, que es monogamicocéntrico y que estigmatiza a aquellas parejas o individuos que deciden negociar sus propias forma de relacionarse. Lxs seropositivxs sabemos mucho de estigma y muchas veces éste está relacionado con la promiscuidad: “te infectaste por promiscux”. La siguiente parte del juicio es la más tremenda: “Te lo mereces”. Antes que nada: nadie merece tener ninguna enfermedad o condición médica de ningún tipo. Esos juicios moralistas deben quedar fuera, si de verdad queremos acabar con el estigma y, en última instancia, con la epidemia de VIH. La reflexión de Dossie y Janet sobre lo revolucionario que es negociar las propias relaciones me parece clave para pensar cómo vivir éticamente siendo seropositivo. Tenemos leyes que nos criminalizan, gobiernos que nos menosprecian, una inmensa mayoría de la sociedad que nos estigmatiza. No nos queda más remedio que negociar con estas fuerzas opresoras. Yo pienso hacerlo desde la reflexión y las decisiones vitales, que ponen en el centro el respeto y el cuidado de los otros y de mí mismo. Una rebelión silenciosa, pero implacable.

De momento hasta aquí, pero prometo mucho más.

Me encantaría saber qué pensáis del asunto. ¿Ideas o comentarios? En el blog mismo, en Facebook, o aquí: amorsexoserologia@gmail.com

Éste es un post de ASS- (Amor, Sexo y Serología), escrito por Miguel Caballero para Imagina Más.

10 comentarios en “Mi ética seropositiva”

  1. Muy interesante la publicación, me pregunto como uno siendo seropositivx puede decirle a un no seropositivx sobre su diagnóstico debido a que yo soy muy ético pero demasiado miedoso.

  2. Miguel Caballero

    Ésa es la cuestión, Alberto, cómo hacerlo.

    Cuando me refiero a cuidar a otrx, no quiero decir necesariamente revelar tu estatus serológico. Sabemos que bajo tratamiento, siendo indetectable, usando métodos de protección no ponemos en peligro a nadie (cero casos de transmisión en seropositivxs indetectables hasta el momento). Eso es importante dejarlo claro: no revelar el estatus no nos hace menos éticxs.

    Si viviéramos en una sociedad ideal, donde todo el mundo estuviera actualizado con el tema, entonces sí entendería que estaría bien revelar el estatus. Pero como estamos lejos de eso, revelar el estatus en muchos casos es casi como echarnos a los leones, exponernos a muchas violencias físicas y emocionales. No. Como decía en el post, hay que encontrar un balance entre cuidado del otrx y de nosotrxs mismxs.

    Ahora, aquí la legislación juega un papel importante. Si vives en un lugar donde la ley no te obliga a revelar tu estatus, no tienes por qué hacerlo. Probablemente, si quieres que la relación sea más seria, ahí ya tendrás que planteártelo.

    Yo vivo en Nueva York, donde la ley sí me obliga a revelar que soy seropositivo antes de tener sexo con alguien. En un post anterior, conté cómo grindr me permite hacerlo de forma menos violenta: https://desarrollo.socialco.es/imaginamas/beta/3109-2/

    Un abrazo!

  3. Pingback: Mi ética seropositiva

  4. Pingback: Mi ética seropositiva (segunda parte) - Imagina MÁS

  5. ¡Hola!

    Me he leído de golpe varias de tus entradas, me han gustado mucho, especialmente esta, voy directo a leer el libro jeje
    Solo quería agradecerte por tomarte el trabajo de escribir. Estoy seguro que con eso ayudas a muchísima gente que puede que no te lo exprese.
    A mi me has refrescado el día y por eso quise comentártelo 😉

    Seguiré pendiente por más

    ¡Saludos!

  6. Miguel Caballero

    Muchas gracias, Gianfranco. Qué bien que te haya interesado. Aquí sigo escribiendo y ojalá conversando sobre estos temas que nos interesan. Un abrazo.

  7. Retosvih2020

    No tengo muy claro donde esta la linea de lo ético cuando eres seropositivo, quizás yo esté equivocado, pero si yo ya estoy tomando mi medicación a diario religiosamente, tengo una carga viral indetectable, me hago un completo de ITS’s cada 4 meses, y en teoría no puedo transmitir el VIH al estar indetectable (Consenso Cientifico Internacional IAS2015), PORQUE TENGO LA OBLIGACION DE ADVERTIR A UNA PERSONA CON LA QUE ME ACUESTE UN DIA QUE YO SOY SEROPOSITIVO? Acaso esa persona tiene la certeza de que es seronegativo? o que no porta ninguna otra ITS?

    Sinceramente odio los perfiles de grindr que practican la nosofobia y la serofobia cuando especifican: SANO, NEGATIVO Y BUSCO IGUAL, como si eso fuese garantía de nada. Se sabe que mas del 90% de las nuevas infecciones por VIH ocurren con personas que o bien creen ser «negativas» o que aun teniendo un diagnostico de VIH aun no se han empezado a medicar y su carga viral es detectable. Si yo tengo claro que no supongo ningún riesgo para la salud de nadie, porque tengo que ir con mi verdad por delante a alguien que ni siquiera se si voy a volver a ver. Me tienen que contar a mi si ellos tienen diabetes o cualquier otra enfermedad cronica? Yo no puedo transmitir mi enfermedad, ya me ocupo yo de mantenerme indetectable con una adherencia implacable a mi medicación.

    Otra cosa que me escandaliza leer también estos días: «Charlie Sheen mantuvo sexo sin preservativo con algunas parejas y empieza a recibir demandas» En fin, este señor ha salido por television con su medico, y no ha sido capaz de decir que una persona que toma su tratamiento y esta indetectable NO PUEDE transmitir el VIH ni siquiera cuando no se utiliza preservativo. Me parece vergonzoso que esto no se explique, porque eso es lo que estimula que se siga criminalizando a las personas que viven con VIH.

    Si yo decido mantener sexo sin preservativo con alguien, estando yo indetectable y medicado, es mi decision el hacerlo, así como le corresponde a mi pareja sexual el no tomar medidas. Es una responsabilidad COMPARTIDA y no se puede criminalizar al que vive con VIH, y menos si esta indetectable y en tratamiento. Estoy harto de que se asuma que la responsabilidad es del seropositivo. Si yo decido usar preservativo no es para proteger al otro, ya que ya estoy indetectable, es por protegerme a mi mismo de contraer otras ITS’s. Pero si alguna vez me dejo llevar con alguien porque surge así, y se que estoy indetectable, quien me puede juzgar por ello?

    1. Miguel Caballero

      Yo tampoco creo en absoluto en la obligación de revelar el estatus serológico. Eso sólo promueve que no nos hagamos los tests, pues mientras no sabemos nuestro estatus estamos libres de cualquier acusación. Estoy de acuerdo en que la responsabilidad es compartida al 50%.

      Yo hablaba de mi ética personal. Mis circunstancias son que vivo en un lugar que por ley me obliga a revelar mi estatus y eso hago. Cuando viajo a otros lugares donde no es necesario, no lo hago. E insisto: la responsabilidad siempre es compartida. Si unx seronegativx decide tener sexo sin condón con alguien cuyo estatus desconoce, él/ella es igual de responsable si la transmisión se produce.

      Lo que creo que es muy importante para nosotrxs es divulgar qué significa el tratamiento como prevención; la mayoría no tiene ni idea de esto.

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