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Micromachismos

¿Crees que eres machista?

Identificarnos como machista, siendo hombres o mujeres es algo muy duro de asumir. Nadie se considera a sí misma una persona machista, pero, ¿es tan fácil huir del machismo en la cultura en la nos socializamos?, ¿tener conductas o actitudes machistas no nos convierte en machistas? 

Ir a lo micro, nos permite reconocer que la sociedad está impregnada de machismo, que las personas hemos sido socializadas dentro de esos parámetros patriarcales. Existen numerosas conductas sutiles, cotidianas que se realizan de forma reiterada y están legitimadas por el entorno social que perpetúan los roles de género, roles que son limitantes tanto para hombres como mujeres. Estas conductas reafirmar y mantienen el dominio masculino y ofrecen resistencia hacia cualquier tipo de aumento de poder y visibilidad de la mujer. Estas conductas se denominan micromachismos. 

Para entenderlo mejor, podemos poner números ejemplos y lo interesante sería reflexionar sobre cuántas veces hemos sucumbido a la simpleza cultural que representan:

  • He creído necesario explicar algo a una mujer, sin que ella me lo pidiese, por el hecho de ser mujer:  principalmente ocurre al tratarse de temas “propiamente masculinizados”. Esto denomina Mansplaining 
  • He comentado a un amigo que se quedaba al cuidado de sus hijos: “Hoy te han dejado de niñera”: ¿de verdad? en el 2019 el cuidado de lxs hijxs se sigue naturalizando para las mujeres y los hombres solo hacen “el favor puntual” de ayudar a las mujeres, las “verdaderas encargadas de los cuidados”
  • Le he preguntado a una mujer si “está con la regla” cuando me ha respondido con desgana o desaire: podríamos hacer una encuesta sobre esto y creo que ninguna mujer podría afirmar que esa frase nunca se la han dicho y lo que es más potente, ¿cuantas veces esa frase ha sido dicha por otra mujer? La regla no se muestra ni en los anuncios de compresas, pero siempre está presente como algo despectivo que nos vuelve locas e inestables, además de reducir nuestra capacidad de queja y confrontación sólo a alteraciones hormonales y no a verdaderas razones. 
  • He hecho el comentario «es una mujer fuerte»: Al hacer este tipo de comentario estamos dando  por hecho que considero que ser fuerte es un rasgo más masculino o que ser fuerte no es algo intrínseco de una mujer y por tanto una cualidad a resaltar porque se escapa de la norma. 
  • En un bar si una chico y una chica piden una caña y un refresco, mágicamente y sin maldad el personal coloca el refresco frente a la chica y la caña frente al chico:  parece que el alcohol es masculina y las mujeres delicadas y finas no tomamos cañas al sol, no es propio de una señorita de bien. 
  • Yo (hombre) “ayudo” en las tareas del hogar: asumiendo que el trabajo doméstico es “naturalmente” de una mujer y yo estoy ayudando a que ella cumpla su cometido que nada tiene que ver conmigo. No participando en igualdad y sobre tengo hijos no estoy educando mediante un ejemplo positivo. Variante de este “yo ayudo”, es “No me lo has pedido” como diciendo si quieres que ponga la lavadora…que es tu trabajo, me lo tienes que pedir. 
  • He preguntado a una mujer cómo conjuga su vida profesional y su vida familiar, algo que jamás he preguntado a un hombre: la conciliación parece que solo es cosa de mujeres y las negociaciones empresariales para lograrla también debe ser una lucha solo de las mujeres, porque los hijos son de sus madres, los padres “ayudan” en la crianza. 
  • He comprado ropa de color rosa o muñecas a una niña y ropa de color azul y coches a un niño: un juguete es para jugar, potenciar la imaginación y ser libre. perpetuar los roles de género desde edades tempranas limita el crecimiento y el desarrollo de autoconocimiento y autoafirmación de lxs niñxs.  
  • Veo normal que el cambiador de bebés esté en el cuarto de baño de mujeres: todavía hoy la mayoría de los cambiadores se encuentran en el baño de las mujeres, no solo representado la visión de mujer como única responsable del cuidado, sino que también dificulta el cuidado de sus hijxs a esos padres que sí entienden que la paternidad es al 50% con la maternidad. 

Podría continuar con muchos otros ejemplos y seguro que a ti mismx ahora te están viendo más a la cabeza, pero creo es suficiente para que todxs nos hagamos una idea de los conceptos adquiridos y asumidos como “normales”. 

Si te sentiste identificadx en algunas de estas frases, por favor tomate el tiempo de reflexionar y estar alerta para no repetirla más y si se las escuchas en tu entorno, funciona como agente de cambio.El cambio de cada unx, influye en el conjunto de la sociedad.
Bárbara Mainieri, trabajadora social

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