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En Sexología, utilizamos frecuentemente el concepto de sexuación para referirnos a una sucesión compleja de acontecimientos sexuantes que producen una serie de resultados sexuados. La sexuación se produce a diferentes niveles, entre los que encontramos:
- El cariotipo: los cromosomas pueden organizarse en XX, XY, XXY, X0, etc.
- Las gónadas: ovarios, testículos, ovotestis, etc.
- Las hormonas: andrógenos, estrógenos y progestágenos.
- Los genitales internos y externos: pene, vulva, vagina.
- Las características sexuales secundarias: mamas, vello facial, altura, tono de la voz, etc.
Como hemos comentado en anteriores editoriales, socialmente impera un sistema binario, en relación al sexo y al género. Esto conlleva que, a nivel de sexuación, nos han inculcado la idea de que sólo hay dos resultados posibles: machos o hembras. Sin embargo, este enfoque no se ajusta a la realidad ni nos sirve para describirla.
En relación a los diferentes niveles de sexuación, todas las personas nos situamos en un continuo intersexual, los caracteres sexuales no son dimórficos. Esto resulta evidente si hablamos de cantidad de vello corporal, altura, tono de la voz, etc., ya que sería absurdo pensar que sólo existen dos categorías. También se observa claramente en relación a las hormonas: todas las personas producimos diferentes niveles de las distintas hormonas y, además, estos niveles van cambiando según el momento vital y otras variables contextuales.
De igual manera sucede con otros caracteres como el cariotipo, las gónadas o los genitales: no existen únicamente dos categorías. Las personas intersexuales son un ejemplo de ello, ya que son aquellas que presentan configuraciones diversas de dichos caracteres y que no resultan fácilmente clasificables en la dicotomía hembra/macho. Más de 1 de cada 150 personas es intersexual.
El pasado 26 de octubre fue el Día de la Visibilidad Intersex, fecha que conmemora cuando, en el año 1996, activistas de la Intersex Society of North America (ISNA) protestaron durante una conferencia de la American Academy of Pediatrics en Boston contra las cirugías genitales realizadas a niñes intersexuales sin su consentimiento, para adecuar sus cuerpos al sistema binario. Estas intervenciones quirúrgicas son un atentado contra los derechos humanos y, sin embargo, se siguen llevando a cabo a día de hoy.
Es importante reivindicar esta fecha ya que las vivencias de las personas intersex están muy invisibilizadas, estigmatizadas y patologizadas y continúa habiendo mucha desinformación al respecto. La intersexualidad sigue siendo entendida frecuentemente como un trastorno, en lugar de como una muestra más de que las personas somos diversas y nuestros cuerpos también lo son. No se trata de “corregir” los cuerpos para que encajen en un molde artificial, sino que se trata de corregir la sociedad. Se trata, una vez más, de desmontar el sistema binario y de cambiar el enfoque ya que, mediante la clasificación dicotómica sobre la que se sustenta, sólo estamos contemplando las dos posibilidades extremas del continuo intersexual. De esta forma, estamos obviando (intencionadamente y, en el caso de las personas intersexuales, a través de violencia médica) todos los puntos intermedios, todos los matices y grados que comprende el mismo y que nos conforman como personas con cuerpos peculiares, únicos e irrepetibles. Este enfoque, además de resultar mucho más enriquecedor, también es mucho más realista.
Alba Alonso, psicóloga y sexóloga
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Si se tiene en cuenta que en PubMed, algo así como la Wikipedia de las publicaciones médicas, hay alrededor de 800 artículos que relacionan «mujer VIH y salud mental», puede ser que haya alguna relación. Voy a resumir, libremente y por mi cuenta, un estudio recién publicado por varias mujeres, entre ellas Alice Welbourn. A Alice la conozco personalmente, y verla a ella es verle la cara a la primera generación que se infectó con VIH cuando, esto es otro tópico que se usa mucho, el VIH era una sentencia de muerte. Tan tópico como cierto, lamentablemente.
A ver, para empezar, en inglés se llama «mental health» a la salud mental, pero me parece que no tiene el mismo matiz que aquí, pues se usa de una manera más generalizada, como, digamos, a good mental health sería como tener tu mente en forma. Pues a través de un estudio
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