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Infección por VIH: ¿Qué es y cómo se produce?

¿Qué es un virus?

Un virus es un agente infeccioso microscópico que vive y se reproduce dentro de células vivas. Los virus no son capaces de reproducirse por si mismos, de ahí que necesiten infectar otros organismos, tanto animales, como plantas o bacterias.

La estructura de los virus es muy simple, se componen de material genético, ya sea ADN o ARN, -que contiene la información hereditaria-, una capa proteica que protege a este material genético, y en ocasiones, una cubierta de lípidos que rodea a la proteína.

La propagación de los virus varía y depende del agente al que infectan. En las plantas se produce a través de insectos que se alimentan de la savia, mientras que en los animales hay muchas vías de transmisión diferentes -aérea, sexual, insectos, etc.-

Las infecciones de los virus en los animales producen una respuesta inmunológica que los protege y ayuda a eliminar el virus del cuerpo. En ocasiones, se puede provocar una inmunidad artificialmente a través de vacunas, que ayudan a nuestros organismos a saber identificar los virus y a luchar contra ellos. Algunos ejemplos son la vacuna del sarampión o la rubéola. No obstante, existen algunos virus que utilizan mecanismos para evitar la acción inmune, como es el caso del VIH.

¿Qué son las células del sistema inmunitario?

Como hemos mencionado antes, el sistema inmunitario es el encargado de proteger nuestro cuerpo contra agentes extraños. Está formado principalmente por células que son capaces de desplazarse por nuestro organismo para actuar donde hagan falta.

Existen varios tipos de células, cada una con una función concreta, algunas de ellas las tenemos desde que nacemos hasta que morimos -inmunidad innata- y otras que vamos adquiriendo según van haciendo frente a agentes a lo largo de nuestra vida -inmunidad adquirida-. Las células del sistema inmunitario se llaman glóbulos blancos o leucocitos.

Las células encargadas de reconocer y reaccionar frente agentes extraños a lo largo de nuestra vida se llaman “linfocitos”. Los linfocitos pueden ser de dos tipos: linfocitos B y linfocitos T.

  • Linfocitos B: Son los encargados de la producción de anticuerpos.
  • Linfocitos T CD4: son los encargados de reconocer los agentes extraños y presentarlos al resto del sistema inmunitario. Se podía decir que son los vigilantes que dan la voz de alarma y coordinan la respuesta inmunitaria.
  • Linfocitos T CD8: participan en la destrucción de los microorganismos, una vez que los CD4 les han avisado.

¿Qué es el VIH?

Es un virus de la familia de los retrovirus, esto significa que su material genético está formado por ARN. Hay dos tipos de VIH dependiente de su genoma: VIH-1 -presente en todo el mundo- y VIH-2 -cuya prevalencia es mayor en África occidental-. La estructura del VIH se muestra en la siguiente imagen:

La molécula gp120, la proteasa, la transcriptasa inversa y la integrasa forman parte del mecanismo de infección que utiliza el VIH.

¿Cómo se produce la infección por VIH?

La infección por VIH de un orgnismo se produce a través de seis pasos:

  1. Acoplamiento y fusión de la membrana: Cuando el VIH entra en contacto con nuestro organismo, el VIH ataca a los linfocitos CD4. Utiliza la molécula gp120 para acoplarse al receptor del CD4. Una vez unidos, el virus activa otros correceptores para llevar a cabo la fusión con la membrana del CD4.
  2. Transcripción Inversa: Una vez finalizada la fase anterior, el virus introduce su material genético (ARN)  y la enzima transcriptasa inversa dentro del linfocito T CD4. Esta enzima es la encargada de transformar el ARN en ADN.
  3. Integración: El ADN del VIH es conducido al núcleo de la célula infectada donde la enzima integrasa se encarga de incorporar el ADN del virus al ADN de la célula. A partir de este momento,  la célula podrá producir nuevas copias del VIH.
  4. Transcripción: Cuando la célula infectada se divide, una enzima llamada polimerasa se encarga de crear cadenas de proteínas del virus para generar nuevas copias del VIH.
  5. Ensamblaje: La enzima proteasa se encarga de cortar las cadenas de proteínas del virus en proteínas individuales las cuales se ensamblan para generar nuevas copias del VIH.
  6. Gemación: Las nuevas copias del virus salen de la célula infectada, listas para infectar otras células.

Una vez que el VIH entra en nuestro organismo, empieza a destruir a los linfocitos CD4. Al cabo del tiempo, nuestro sistema inmunitario acaba estando muy debilitado. En este punto, es cuando aparecen las llamadas “enfermedades oportunistas” debido a microbios u otros agentes dañinos. En condiciones normales, estas enfermedades desaparecerían de forma natural o serían fácilmente tratables, pero cuando nuestro sistema inmunitario está tan debilitado podrían causar la muerte.

El tratamiento antirretroviral evita que el VIH se siga replicando. Hay diferentes tipos de fármacos, dependiendo de la fase de infección por VIH en que actúen:

  • Inhibidores de la entrada: impiden la entrada del virus en el CD4
  • Inhibidores de la integrasa: evitan la acción de la enzima integrasa.
  • Inhibidores de la transcriptasa: evitando la conversión del ARN del VIH en ADN
  • Inhibidores de la proteasa: evitando el ensamblaje de las proteínas del virus.

Los tratamientos antirretrovirales utilizan diferentes combinaciones de fármacos para una mayor eficacia. Aunque estos tratamientos impiden la replicación del VIH, no lo llegan a eliminar completamente, por eso no se debe dejar la medicación.

Gracias a estos tratamientos, la infección por VIH se ha convertido en una enfermedad crónica, siendo la esperanza de vida de las personas que viven con VIH prácticamente igual a la del resto de personas.

Por Javier Vázquez

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