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Dificultades eróticas

Erótica es un disco que Madonna publicó en 1992. Además, en Sexología, se trata de un concepto que engloba y hace referencia a toda aquella expresión de nuestra sexualidad a través de prácticas, fantasías o deseos. En numerosas ocasiones, esta expresión tiene como finalidad el disfrute y el placer. Sin embargo, a la hora de llevar a cabo dicha expresión, a veces nos encontramos con distintas dificultades. Es importante cómo utilizamos en lenguaje en la mayoría de ámbitos, y en este caso también: de ahí el utilizar el término “dificultades” en lugar de “trastornos” o “disfunciones”. Esto nos permite no etiquetarnos ni definirnos en base a ellas, sino concebirlas como algo puntual sobre lo que tenemos cierto margen de acción.

Aunque en los últimos años estemos presenciando ciertos avances, partimos de un contexto social en el que la Educación Sexual que recibimos es escasa y deficiente, siendo impartida desde el tabú, el miedo, la prohibición y teñida de numerosos juicios morales. Consecuentemente, el modelo de erótica que interiorizamos y hacemos propio suele ser estereotipado, distorsionado y poco realista, además de estar vinculado a sentimientos como la culpa o la vergüenza. Por otra parte, el autoconocimiento que desarrollamos en cuanto a nuestra sexualidad, nuestros cuerpos, deseos y gustos suele ser bastante limitado.

Con todo esto, tenemos el caldo de cultivo perfecto para encontrarnos con dificultades ante la expresión de nuestra sexualidad, sobre todo cuando esta expresión implica a otra u otras personas. Esto tiene que ver con las expectativas propias y con las que proyectamos en las demás, con la presión social, con los mitos y falsas creencias que nos llevan a experimentar altos niveles de ansiedad, frustración y suelen aparecer de la mano de inseguridades, miedos, reproches…

Las dificultades eróticas pueden ser muchas, pero las más frecuentes podemos englobarlas en:

  • Dificultades para experimentar placer durante las relaciones sexuales o para experimentar orgasmos (anorgasmia).
  • Dolor en la vagina o la vulva asociado a la estimulación sexual o la penetración (vaginismo o dispareunia).
  • Disminución o falta de deseo sexual
  • Dificultades relacionadas con la erección
  • Dificultades en la fase de excitación
  • Dificultades relacionadas con la eyaculación

Las vivencias de todas estas dificultades varían y presentan numerosas peculiaridades según quién las experimente: su identidad de género, orientación, edad, etc. En ocasiones, estas dificultades son puntuales y pasajeras pero otras veces persisten en el tiempo, cronificándose y ocasionando un intenso malestar. En este último caso, es importante y necesario contar con la ayuda de una persona especializada en Sexología, que pueda asesorar y acompañar en el proceso.

Alba Alonso, psicóloga y sexóloga

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