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Cuesta mucho ser auténtica, señora. Ay, ¡si lo sabremos cada una! La Agrado no hizo más que poner en palabras una realidad cotidiana de todo ser humano que tiene un especial calado en aquellos que nos salimos de la heteronorma.
La autenticidad es algo muy complejo pero que así, en plan de andar por casa, podemos resumir en lo siguiente: ser la persona que eres, es decir, tener una vida exterior que más o menos se corresponda con la que llevas por dentro. O, dicho de otra manera, que lo que haces tenga una relativa coherencia con lo que dices, piensas y sientes.
Como cada persona es un mundo, resulta que la realidad humana es una constelación gigante de autenticidades. Esa constelación es a lo que llamamos diversidad. Se trata de un concepto al que seguro que te estás acostumbrando últimamente. En virtud de esa diversidad -esa variedad inherente a la naturaleza humana- existen en el mundo una mayoría de personas heterosexuales y una generosa minoría de personas no heterosexuales. La cosa es todavía más compleja porque ambos grupos, cada uno por separado, también son enormemente diversos en su interior. Patrones, inercias y tendencias a parte, no hay dos gais iguales, ni dos lesbianas iguales, ni dos trans iguales, ni por supuesto dos heteros iguales. Puedes añadir, por supuesto, todas las categorías habidas y por haber si es que no te incluyes en ninguna de las anteriores.
Por eso, no hay una única manera de ser gay ni, por supuesto, una manera correcta de ser gay. Miento, sí la hay: la única buena manera de ser gay es la que a ti te haga tener una vida razonablemente disfrutada, sana, madura… y auténtica. Como ahí caben muchas cosas, ahora sí, hay muchas buenas maneras de ser un buen gay. Para empezar, la tuya propia. Así de sencillo: no tienes que ser gay de ninguna manera en concreto, nadie espera de ti nada en concreto, más allá de que mantengas a raya tu homofobia interiorizada, para que hagas y digas el menor número de tonterías gais posibles.
A veces, sobre todo cuando alguien “acaba de” aterrizar en el planeta gay -o planeta no heterosexual en general- anda en modo confusión activado y no sabe muy bien para dónde tirar; incluso teme, como oí hace poco, “no dar la talla como gay”, ya que echa un vistazo y ve gente que le desagrada, o gente que le gusta o a la que admira de alguna manera pero con la que no se identifica; piensa que todo el mundo en ese planeta es de una determinada manera (viste, habla, actúa con un estilo muy marcado y unívoco), le parece que esas personas acogen en sus grupos solo a individuos similares… Y de vistazo en vistazo el modo confusión se convierte en modo aislamiento, modo sobregeneralización, modo soledad. ¡Basta!
No te confundas: puedes ser gay a tu manera, es una manera que puede ir evolucionando y adaptándose a diferentes circunstancias sin perder por ello autenticidad. Si sientes la suficiente confianza y seguridad en la persona que eres vas a dar la talla perfectamente, acabes de aterrizar en el planeta no hetero o seas de los habitantes veteranos.
Así pues, ¡que no cunda el pánico! No eres menos gay porque tengas gustos, aficiones, estilos, etc. diferentes a los que más destacan en eso que se llama “ambiente”, los medios de comunicación o los carteles. Lo que más destaca es solo lo que despunta pero no es lo único. Lo bueno que tiene la constelación diversidad es que en ella, por definición, cabe cualquiera. Y si no hay de algo, te lo inventas y lo habrá: ahí estarás tú siendo ese tipo de estrella no heterosexual pero igualmente brillante.
Rafael San Román, psicólogo
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Si se tiene en cuenta que en PubMed, algo así como la Wikipedia de las publicaciones médicas, hay alrededor de 800 artículos que relacionan «mujer VIH y salud mental», puede ser que haya alguna relación. Voy a resumir, libremente y por mi cuenta, un estudio recién publicado por varias mujeres, entre ellas Alice Welbourn. A Alice la conozco personalmente, y verla a ella es verle la cara a la primera generación que se infectó con VIH cuando, esto es otro tópico que se usa mucho, el VIH era una sentencia de muerte. Tan tópico como cierto, lamentablemente.
A ver, para empezar, en inglés se llama «mental health» a la salud mental, pero me parece que no tiene el mismo matiz que aquí, pues se usa de una manera más generalizada, como, digamos, a good mental health sería como tener tu mente en forma. Pues a través de un estudio
Si se tiene en cuenta que en PubMed, algo así como la Wikipedia de las publicaciones médicas, hay alrededor de 800 artículos que relacionan «mujer VIH y salud mental», puede ser que haya alguna relación. Voy a resumir, libremente y por mi cuenta, un estudio recién publicado por varias mujeres, entre ellas Alice Welbourn. A Alice la conozco personalmente, y verla a ella es verle la cara a la primera generación que se infectó con VIH cuando, esto es otro tópico que se usa mucho, el VIH era una sentencia de muerte. Tan tópico como cierto, lamentablemente.
A ver, para empezar, en inglés se llama «mental health» a la salud mental, pero me parece que no tiene el mismo matiz que aquí, pues se usa de una manera más generalizada, como, digamos, a good mental health sería como tener tu mente en forma. Pues a través de un estudio
Si se tiene en cuenta que en PubMed, algo así como la Wikipedia de las publicaciones médicas, hay alrededor de 800 artículos que relacionan «mujer VIH y salud mental», puede ser que haya alguna relación. Voy a resumir, libremente y por mi cuenta, un estudio recién publicado por varias mujeres, entre ellas Alice Welbourn. A Alice la conozco personalmente, y verla a ella es verle la cara a la primera generación que se infectó con VIH cuando, esto es otro tópico que se usa mucho, el VIH era una sentencia de muerte. Tan tópico como cierto, lamentablemente.
A ver, para empezar, en inglés se llama «mental health» a la salud mental, pero me parece que no tiene el mismo matiz que aquí, pues se usa de una manera más generalizada, como, digamos, a good mental health sería como tener tu mente en forma. Pues a través de un estudio
Si se tiene en cuenta que en PubMed, algo así como la Wikipedia de las publicaciones médicas, hay alrededor de 800 artículos que relacionan «mujer VIH y salud mental», puede ser que haya alguna relación. Voy a resumir, libremente y por mi cuenta, un estudio recién publicado por varias mujeres, entre ellas Alice Welbourn. A Alice la conozco personalmente, y verla a ella es verle la cara a la primera generación que se infectó con VIH cuando, esto es otro tópico que se usa mucho, el VIH era una sentencia de muerte. Tan tópico como cierto, lamentablemente.
A ver, para empezar, en inglés se llama «mental health» a la salud mental, pero me parece que no tiene el mismo matiz que aquí, pues se usa de una manera más generalizada, como, digamos, a good mental health sería como tener tu mente en forma. Pues a través de un estudio