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El machismo en la música

A lo largo de nuestras vidas las mujeres hemos tenido que escuchar música en la que se nos denigra y discrimina. Esta música está totalmente normalizada por la sociedad porque representan fielmente lo que la sociedad entiende como normal, pero, si nos paramos a escuchar y a pensar, ¿no es hora de cambiarlas si queremos una sociedad igualitaria?

Voy a nombrar algunos ejemplos de letras de canciones en las que se ve reflejado ese machismo tan brutal:

 Los días de la semana – Los payasos de la tele (años 70): “martes antes de almorzar una niña fue a jugar, pero no pudo jugar porque tenía que coser.”

Si, diréis que es una canción muy antigua y, que antes, las cosas no eran iguales. Pero a día de hoy se sigue cantando esta canción a lxs niñxs. Desde la infancia, a las niñas ya nos dejan claro que tenemos unas responsabilidades, más que los chicos, y antes de realizar cualquier actividad de ocio tenemos que hacernos cargo de esas responsabilidades. Nos muestran sumisas y realizando las tareas del hogar, que es lo que una mujer debe hacer.

Every breathe you take The Police (1983): “Cada aliento que tomes, cada movimiento que hagas, cada atadura que rompas, cada paso que des, te estaré vigilando. Todos y cada uno de los días, y cada palabra que digas, cada juego que juegues, cada noche que te quedes, te estaré vigilando. Oh, ¿no puedes ver que tú me perteneces?»

 Esta canción tan mítica da miedo. Habla de una obsesión enfermiza. Él acosa a la chica, la vigila y habla de posesión. Ella le pertenece. A la violencia la disfraza de amor. Vigila cada movimiento que hace por amor, lo que lo hace bonito.

La minifalda – Manolo Escobar (1988): Los niñatos qué pesados no dejan de contemplarte. Me rebelo y me rebelo y tengo que pelearme y a los toros no los veo. Así que tú ya lo sabes, no te pongas minifalda, que los toros de esta tarde yo tengo ganas de verlo sin pelearme con nadie.”

Aquí Manolo Escobar le dice a su mujer que no se ponga una minifalda. No quiere que los hombres le miren porque, si lo hacen, él, como buen macho, tiene que pelearse y no le apetece.

Pues verás, Manolo, la culpa de que miren a tu mujer por llevar una falda corta la tiene la sociedad machista en la que vivimos, no ella. Y si le apetece ponérsela y a ti no te gusta, te aguantas.

La maté porque era mía – Platero y tú (1991): “Yo era un chico muy decente. Ella era una prostituta. Ya no usará la cama, ahora duerme en una tumba.” “La maté porque la amaba. La maté porque era mía.”

El título ya muestra la brutalidad de esta canción. Él es un maltratador y un asesino que utiliza a la mujer como un objeto de su posesión y puede hacer lo que quiera con ella, incluso matarla, y todo esto lo hace porque la ama. Lo peor de todo es que se vende a él como el decente y a ella como la mala.

Agárrala – Trébol Clan (2007): “Agárrala, pégala, azótala, pégala, sácala a bailar que va a todas. Pégala, azótala, agárrala que ella va a todas”

Una vez más nos muestra a las mujeres cómo objetos de posesión de los hombres. Ellos pueden hacer con nosotras lo que quieran sin ninguna consecuencia y nosotras debemos aguantarlo e, incluso, sentirlos alagadas. Si ella no quiere bailar pégala que al final ella hace todo.

Jealous – Nick Jonas (2014): “Desearía que no tengas que publicarlo todo. Me gustaría que guardes sólo un poco para mí. Protector o posesivo, sí. Llámalo pasivo o agresivo.”

Nick habla del deseo porque su novia no publique todo lo que ella quiere en redes sociales. Quiere que deje algo para él. Se reconoce posesivo e incluso agresivo y reconoce estar celoso, pero es totalmente normal y bonito. Esto le pasa porque está muy enamorado de ella.

 Cuatro babies – Maluma (2016): “Estoy enamorado de cuatro babies. Siempre me dan lo que quiero. Chingan cuando les digo. Ninguna me pone pero”

Maluma es la imagen del hombre machista por excelencia. Prácticamente en todas sus canciones habla de lo mismo, la mujer está por y para él. En esta en especial, hace apología a la violación. Las mujeres tienen que ser sumisas y hacer lo que él quiere y cómo él quiere y, además, sin rechistar. Si a ellas no les apetece tener relaciones da igual, si él quiere lo van a hacer de todas formas.

Esta es una pequeña recopilación, pero podríamos escribir cientos de editoriales hablando de este tema. A través de la música se educa, porque la música es cultura y es a través de la cultura donde surge el proceso de sociabilización. La música nos muestra realidades y representa nuestra forma de relacionarnos: nuestra forma de amar, de divertirnos, de disfrutar de nuestra sexualidad, entre otras cosas.  Si se legitima a través de diferentes letras que las mujeres sólo somos objetos de y para los hombres, la sociedad así lo va a recoger y, a su vez, cuanto más machista sea la sociedad, más canciones encontraremos que den estos mensajes, perpetuando y normalizando la desigualdad y la violencia.  Cómo podemos ver, da igual la época, el estilo de música y la nacionalidad de los intérpretes. El machismo está en la sociedad impregnando la cultura mundial. Hay algo muy peligroso y es que la violencia, los celos e, incluso, el asesinato, te lo venden como amor, a través de estribillos pegadizos. Cuanta más violencia y acoso a la mujer por parte del hombre, más grande es su amor hacia ella. Esta es una imagen totalmente distorsionada y peligrosa del amor.

Por suerte empiezan a darse a conocer artistas que hacen una denuncia social y en las que no encuentras ni un ápice de machismo en sus letras. Ejemplos de ello son Rozalén con “La puerta violeta”, Rebeca Lane con “Este cuerpo es mío” o Rayden con “Caza de pañuelos”.

Natalia Izquierdo Santos, integradora social

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